Salió agotado del campo y emocionado hasta las lágrimas, como el gran héroe uruguayo. Eterno segundo hombre del ataque de los “charrúas”, Edinson Cavani completó su noche mágica en Rusia. El espigado delantero de 31 años fue, con sus dos goles, el gran protagonista del 2-1 con el que la “Celeste” selló su pase a cuartos de final tras una tremenda batalla con el Portugal de Cristiano Ronaldo.
El equipo de Óscar Tabárez apeló al talento de sus delanteros y a la sufriente disciplina colectiva para pasar de ronda, donde le espera Francia.
Con un Cristiano pálido como pocas veces, el “Matador” Cavani estuvo aguerrido, letal y se asoció perfectamente con Luis Suárez. En el estadio Fisht de Sochi, Cavani le robó un poco los focos al “Pistolero”, desde hace años el gran referente de Uruguay en el ataque.
“La rivalidad que hay con Cavani es la de luchar por Uruguay”, había asegurado Suárez el día anterior al partido para descartar que haya cualquier lucha de egos con su compañero, menor que él por sólo 21 días. Contra “CR7”, ambos lo demostraron en la cancha.
La poderosa dupla funcionó desde el arranque en otra calurosa noche de gran fútbol. Mientras el equipo defendía, el esquema táctico de Tábarez dejó a ambos aguerridos delanteros solos en la punta. A buscar el agujero. Y el primer gol salió de una combinación entre los dos: El “9” de Uruguay y del Barcelona se abrió a la izquierda y envió un gran centro que Cavani conectó con la cabeza y con parte de la cara tras un desmarque perfecto apenas en el minuto 7.
Y sólo siete minutos después de que Pepe pusiera el empate transitorio para Portugal, llegó el segundo golpe del “Matador”: un espectacular misil bombeado desde la izquierda, inalcanzable para el arquero Rui Patricio.
Goleador histórico del PSG, el delantero de juego elástico y sutil sufrió el año pasado en París opacado por la llegada de las estrellas Neymar y Mbappé, y por sus disputas más o menos abiertas con el brasileño por el liderazgo del equipo. Cavani consideraba que éste le corresponde por veteranía.
A Rusia llegó calmado, integrado en un equipo moldeado con paciencia desde hace años por el “Maestro” Tabárez. Para jugar para Suárez o con él. En Sochi, la noche fue de Cavani.
Uruguay se metió entre los ocho mejores del mundo, un éxito de enormes dimensiones. Con pocos pero sólidos argumentos, tumbó al campeón de Europa y despidió a Cristiano Ronaldo, quién sabe si en el último Mundial de su carrera. (Especial-DPA)